Llega los primeros días lindos, de sol y calor, dando comienzo la llamada "operación bikini" y con ella las numerosas "dietas milagro" que nos prometen mucho en poco tiempo. El problema es que muchas veces se confunde el perder peso con no comer, haciendo a una mala dieta y por consecuencia se tiene un desequilibrio nutricional que sólo acarrea consecuencias negativas para la salud.
Aunque suene más a un tópico que a una realidad, el número de personas que llevan este tipo de dietas aumenta cada vez más ( 4 de cada 5 personas apuesta por estas dietas un mes o dos antes del verano para llegar a la playa con unos kilos menos).
Las dietas milagro pueden hacer que pierdas peso muy rápidamente, pero todo lo que pierdes en unas semanas de mala nutrición debido a estas dietas, lo recuperarás con la misma velocidad o más. Es por ello por lo que desde ParaSaber siempre aconsejamos que si quieres adelgazar, lleves una dieta saludable, sin excesos acompañada siempre de deporte.
Así mismo el Instituto de Obesidad pone a tu disposición, si lo necesitas, un equipo de especialistas que te ayudarán a elaborar una dieta equilibrada reduciendo los azúcares simples y las grasas saturadas.
Una dieta equilibrada combinada con un poco de ejercicio es la mejor forma para adelgazar
Elige bien el momento
Ponerse a dieta requiere esfuerzo y fuerza de voluntad. La clave del éxito está, en gran medida, en que el momento en el que decides adelgazar sea el adecuado. Debes estar fuerte de ánimo y de salud, debe ser una decisión firme y debes haber acudido a un profesional para que te asesore y te prescriba una dieta sana. El otoño y la primavera son los momentos ideales para ponerse a dieta, ya que tu cuerpo no tiene que soportar los rigores del frío o el calor (cuando se necesitan más nutrientes específicos) y además te viene bien una depuración.
Claves para tener éxito
Ninguna dieta o pastilla mágica hará que te parezcas a alguien que no estabas destinado a ser. Por eso es fundamental.
1- Quererse uno como es.
2- Comer sano es saludable y se puede estar en peso
3- No caer en la desesperación por unos kilos de más ya que con un buen régimen de comidas se puede corregir y bajar tranquilamente.
4- Tener presente que el control de peso se consigue a largo plazo.
5- No olvidar que el ejercicio físico es un gran aliado.
Algunos consejos
Pide ayuda y apoyo a tus padres y, si es posible, que hagan cambios en la dieta o el estilo de vida que puedan beneficiar a toda la familia. Los adolescentes que cuentan con el apoyo familiar tienden a obtener mejores resultados con los programas de control de peso. Pero, recuerda: debéis hacerlo de forma cordial; ¡convertir la pérdida de peso en una competición es buscarse problemas!
Vigila lo que bebes.
Es increíble la cantidad de calorías extra que pueden contener las sodas, los jugos y otras bebidas que tomas a diario. Con solo prescindir de un par de latas de soda o cambiarte a la soda light, puedes ahorrarte 360 calorías o más al día. Bebe mucha agua u otras bebidas sin azúcar para saciar la sed y evita los jugos y las sodas azucaradas. También es buena idea cambiar de la leche entera a la descremada o semidescremada.
Muévete.
Puede que descubras que no necesitas renunciar a las calorías tanto como necesitas levantar el trasero. Y no te pongas a pensar que tienes que practicar un deporte de equipo o tomar clasees de entrenamiento aerobico. Prueba varias actividades, desde senderismo hasta ciclismo o remo, hasta que encuentres las que te gustan. ¿No eres deportista? Busca otras maneras de hacer ejercicio: ve a la escuela caminado, sube y baja las escaleras un par de veces antes de ducharte por las mañanas, apaga la tele y ayuda a tus padres en el jardín o date un paseo hasta la casa del chico o chica que te gusta; lo que sea, con tal de que te muevas. Tu objetivo debería ser hacer ejercicio aeróbico unos 30-60 minutos de tres a cinco veces por semana, pero está bien si empiezas dando unas cuantas vueltas a la manzana antes de acostarte. ¡Esto también puede ayudar a evitar que te conviertas en un adicto a la televisión, los videojuegos o Internet!
Empieza por las cosas pequeñas.
Es más fácil ser perseverante con los cambios pequeños que con los drásticos. Intenta reducir el tamaño de las porciones que comes y no tomes soda durante una semana. Una vez conseguido eso, empieza a introducir en tu vida alimentos más sanos y ejercicio.
Deja de comer cuando estés lleno.
Muchas personas comen por costumbre cuando están aburridas, solas o estresadas o siguen comiendo un rato después de sentirse llenas. Trata de prestar atención cuando comes y deja de comer cuando estés lleno. Comer más despacio ayuda porque el cerebro tarda 20 minutos en darse cuenta de qué cantidad de comida hay en el estómago. A veces, hacer una pausa antes de repetir puede evitar que comas otra ración. Evita comer cuando estés enojado o aburrido; intenta hacer otra cosa (un paseo alrededor de la manzana o ir al gimnasio son buenas alternativas). Mucha gente cree que es útil escribir un diario de lo que comen y cuándo. Revisar el diario más tarde puede ayudarles a identificar las emociones que sienten cuando comen demasiado o si tienen costumbres poco saludables. Un dietista titulado puede darte algunos consejos prácticos sobre cómo hacerlo.
Come menos más a menudo.
Mucha gente se ha dado cuenta de que comer un par de snacks a lo largo del día les ayuda a elegir comidas más saludables. Mete un par de snacks saludables (zanahorias, una barra de granola baja en calorías o una pieza de fruta) en la mochila para que te los puedas tomar durante el día. Añadir snacks saludables a las tres comidas principales y comer porciones más pequeñas puede ayudarte a eliminar calorías sin privarte de nada.
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