Por: María Coda & locuras
¿De que hablo cuando digo esto? … ¡No sean mal pensadas! que no es ninguna fantasía sexual, ni el títulos de una película de la alto voltaje.
La expresión “los tres hombres de la mujer” sería una posible clasificación de estilos del sexo masculino; que son”: el amante, el amigo y el que nos conviene.
Vayamos por partes.
El número uno: “El amante” que es ese hombre que nos despierta nuestro lado “wild side”, que nos saca del eje, nos vuelve locas, y con el que perdemos si es que existe algún tipo de lógica.
Obviamente que con el “Latin Lover” una solo se acuesta, la pasa genial... y listo "no hay que pretender mucho más" y menos aún con delirar que podemos llegar a tener una relación con él, porque si caemos en esa, cuesta mucho salir del pozo.
Consejo: Simplemente tener en claro como son las cosas y disfrutar del momento mientras duré. Ahora si notamos que nos podemos llegar a enamorar, es el momento de apretar el acelerador y huir.
El número dos: “El amigo”, ese al que le contamos todo sobre los otros, el mismo donde buscamos apoyo emocional, cariño, compañía pero que lamentablemente sentimos por él la misma atracción sexual que por un muñequito de “Ricardo Ford” de chocolate “Jack”. Es un hombre incondicional, que siempre esta para una, pero seguramente el desea algo más, por lo que muchas veces se sienten unos imbéciles, hasta que comprenden que solo son “amigos” y ahí optan por seguir siéndolo, o por desaparecer.
El número tres: “El que nos conviene” con el que nos casamos y tenemos hijos.
En lo personal ninguno de los tres prototipos me convencen, pero si me tienta la mezcla, y sus posibles combinaciones.
Porque no fusionar: amante, amigo y conveniente en uno solo, matemáticamente sería (1+1+1) ¡chau! es la dicha completa que todas las mujer deseamos, es más si sucede y no le pedimos más nada a la vida (en cuestiones de amor y hombres)
Pero nada es fácil y no siempre las cuentas suman.
Por eso mejor es analizar las posibles combinaciones de los diferentes estilos, por ejemplo 1+1 (-1).
“Amante y amigo, pero no conveniente” ¿Que se obtendría de este cálculo?. El resultado es la típica relación supe-romántica y trágica, digna de telenovela, sería ese romance que recordaríamos siempre con nostalgia y tristeza, poniéndolo en un lugar “utópico”, llamado amor verdadero, que por culpa del destino injusto y cruel, no puedo ser.
Otra combinación podría ser: “amigo y conveniente, pero no amante”
Mucho no me convence, pero todo dependería de cada mujer, de como es su educación moral, religiosa, y sexual... (para mi no hay escuela que enseñe eso, yo pasó). ¿Que sucedería en esta combinación?, es fácil adivinar la respuesta; sería una relación tranquila, correcta y pulcra.
Ahora si sumamos “conveniente y amante, pero no amigo” ¿Que obtenemos?
Problemas. Porque seguramente la mujer se va a empeñar en que hombre también sea su amigo, pero él es del tipo que es incapaz de comprender a las mujeres, y mucho menos a su pareja, por lo que el resultado sería patético, ya que se pelearían todo el tiempo, hasta que un día la mujer ya cansada de no ser entendida, terminará refugiándose en sus amigas, o en las redes sociales.
Por último cuando: “No es ni conveniente, ni amante, ni amigo” sería lo que denominamos “estamos al horno”, solamente una pobre desgraciada puede aceptar para su destino un resultado así. Ojo que antiguamente muchas mujeres lo hacían porque no tenían otra opción.
La variedad de sumas y resta es grande pero para cerrar el tema y hablando seriamente, creo que cuando una se enamora, no hace cálculos, ni especula, simplemente deseamos que la persona elegida nos demuestre que puede ser según el momento, nuestro amigo, nuestro amante y el que nos conviene porque así lo siente nuestro corazón.
El "príncipe azul", por suerte no existe, y si ven alguno cerca ¡atención que se destiñe con el primer lavado!
