Susana Después de siete meses de Piel de Judas , el suceso teatral del año, decidió decirles “adiós” a los escenarios... “y para siempre”. Cómo será su nueva vida sin agendas. La reclusión en el campo –
“necesito la soledad y el silencio” –, el viaje que programa –“largo y exótico” y los requisitos del hombre que podría volver a enamorarla
Por Sebastián Soldano.Fotos: Christian Beliera, Francisco Trombetta, Machado-Cicala-Morassut, MovilPress y archivo Atlántida
“Hoy me divierte improvisar mi cada mañana” levaba quince días en cartel, tres consecutivos de doble función, y casi mil personas esperaban en las puertas del Membrives para completar la segunda semana, cuando con dolor en la mirada y una voz casi imposible, manifestó tener “cuchillos en la garganta” . –Susana, suspendamos. Dejame avisar que devolveremos las entradas hasta que estés recuperada –sugirió Gustavo Yankelevich, su amigo, productor y gran mentor de su regreso escénico. –¡Muerta me sacan de acá! ¡¿Vos sabés cuántas señoras se compraron ropa y pasaron horas en la peluquería para venir esta noche?!“Un poco espíritu, un poco tripa” , como alguien la definió alguna vez, Susana volvió a revalidar ese contrato sanguíneo de mutua entrega total con los argentinos en la despedida de su carrera teatral, que esperó veinticuatro años para este cierre pasional, de ardor desmesurado. Domingo 25 de oc-tubre, 00:47 horas.
“¿Quién podría descansar de tanto amor?” , dice antes de iniciar un trayecto de diecinueve minutos –desde el palier hasta su auto–, mientras saluda a Estela de Caseros –“me animé a operarme del corazón gracias a ella” –, a Nora de Rosario–“saqué un crédito para venir todas las semanas” , a Osvaldo de Caballito –“su energía me salvó de la depresión”– y a la acongojadísima Carla de Bernal, parte de una de las dos generaciones que jamás la habían visto sobre un escenario y por quienes, también, la diva admite haber decidido esta vuelta de ciento ochenta y una históricas representaciones de Piel de Judas .
“Soy una mujer arriesgada, atrevida, amante de los desafíos. Es por eso que después de muchos años le debía a la gente un cambio en mi carrera”, dice Susana.“Y éste fue un giro perfecto”.
–Después de tanta experiencia y siete meses, ¿cabe alguna nueva lección?
–Con Piel de Judas confirmé lo que me llevó años aprender: el valor de saber elegir. En este caso una comedia brillante, un buen productor (Gustavo Yankelevich), un director de lujo (Arturo Puig) y un elenco entrañable.
TOP FIVE DE UNA PRUSIANA.
Llevaba quince días en cartel, tres consecutivos de doble función, y casi mil personas esperaban en las puertas del Membrives para completar la segunda semana, cuando con dolor en la mirada y una voz casi imposible, manifestó tener “cuchillos en la garganta”. –Susana, suspendamos. Dejame avisar que devolveremos las entradas hasta que estés recuperada –sugirió Gustavo Yankelevich, su amigo, productor y gran mentor de su regreso escénico. –¡Muerta me sacan de acá! ¡¿Vos sabés cuántas señoras se compraron ropa y pasaron horas en la peluquería para venir esta noche?! “Un poco espíritu, un poco tripa” , como alguien la definió alguna vez, Susana volvió a revalidar ese contrato sanguíneo de mutua entrega total con los argentinos en la despedida de su carrera teatral, que esperó veinticuatro años para este cierre pasional, de ardor desmesurado.
Domingo 25 de ocubre, 00:47 horas.
“¿Quién podría descansar de tanto amor?” , dice antes de iniciar un trayecto de diecinueve minutos –desde el palier hasta su auto–, mientras saluda a Estela de Caseros –“me animé a operarme del corazón gracias a ella” –, a Nora de Rosario –“saqué un crédito para venir todas las semanas” , a Osvaldo de Caballito –“su energía me salvó de la depresión”– y a la acongojadísima Carla de Bernal, parte de una de las dos generaciones que jamás la habían visto sobre un escenario y por quienes, también, la diva admite haber decidido esta vuelta de ciento ochenta y una históricas re-presentaciones de Piel de Judas .
“Soy una mujer arriesgada, atrevida, amante de los desafíos. Es por eso que después de muchos años le debía a la gente un cambio en mi carrera”, dice Susana.
“Y éste fue un giro perfecto”. –Después de tanta experiencia y siete meses, ¿cabe alguna nueva lección?
–Con Piel de Judas confirmé lo que me llevó años aprender: el valor de saber elegir. En este caso una comedia brillante, un buen productor (Gustavo Yankelevich) , un director de lujo (Arturo Puig) y un elenco entrañable.
TOP FIVE DE UNA PRUSIANA.
Así se define sobre tablas. Susana asegura que desde el 19 de marzo, “me reconecté con aquello que creía per-dido: la magia del teatro, sus ruidos y silencios”.
También, con su arista más estricta. Sabiamente, enumera:
- Una intransigencia: “La queja. Para ser número uno no hay más fórmula que romperse bien el alma”.
- Una costumbre:“Ser la primera en llegar, siempre firme para escuchar al director”.
- Un lema: “Cuidarse la salud es gran parte de ser profesional”.
- Una negación: “No me gusta im-provisar ni ensayar con libreto en mano; no hay mal actor con letra sabida”.
- La crítica:“Las de os profesionales ayudan. Las de quienes no han pisado un teatro en sus vidas, molestan”. Entre los tesoros de camarín que sus asistentes retirarán ho-ras después, se enlistan: fotos familiares, la imagen de Rita Hayworth y las que acomodó en un mini altar, de vírgenes, santos y de Juan Pablo II.