Ni ella misma sospechaba ocupar el lugar que hoy tiene. Para Laurita Fernández (25), ir al Bailando no era una opción. Arrancó a los 16 años en la troupe de Pepito Cibrián (“como utilera” , revela) y acaso mirara de soslayo a las chicas que agitaban las pantallas desde el formato que conduce Marcelo Tinelli.
“Tenía prejuicios. Vení a de la comedia musical, veía a las chicas bailar todas medio desnudas, pensaba que era superficial... Hasta que fui a acompañar a unas amigas a un casting... y quedé”.Y cuando quedó... ¡agarrate! Hoy confiesa: “Desde que entré a ShowMatch como bailarina, mi objetivo fue ganar el Bailando”. Huelga decir que lo logró el año pasado junto a Federico Bal, con quien también comparte en Carlos Paz el elenco de Enredados En el teatro Del Sol. La obra ocupa el podio de las más vistas.
No sólo esa satisfacción le dio pertenecer a Ideas. También –con idas y vueltas– un novio: Federico Hoppe (43), uno de los productores generales del programa y, desde DaBoPe, de la obra donde actúa. Ella asegura que no mezcla los tantos:
“¡Me muero si tengo privilegios! Acá en el teatro, las cosas de trabajo las charlo con sus socios en DaBoPe, el Chato (Prada) y Ezequiel (Corbo).
La plata no la arreglo con Fede, por ejemplo. Con él trato de hablar lo menos posible de trabajo”. Esa historia de amor comenzó, como no podía ser de otra manera, en el edificio de la calle Olleros. Más precisamente, en la puerta.
“La forma en que lo conocí a Fede parece una novela de Suar. Yo vivía en Liniers con mis padres, y una noche de mucha lluvia esperaba un taxi n la puerta de Ideas. El me preguntó: ‘¿Te alcanzo?’. Yo, por respeto, casi ni lo saludaba. Le dije que no. ¡Lo corté menos diez: se quedó duro! Se fue, y al rato me mandó un mensaje: ‘¿Todavía seguís ahí?’. Le contesté:‘¿Quién sos?’. Después tuve un accidente en Soñando por bailar y vino a la clínica. Se quedó toda la tarde conmigo. Yo estaba en el peor estado: despeinada, sin maquillarme, con suero, una bata blanca. Su gesto me llamó la atención. Lo curioso es que desde antes, cuando yo ni estaba en Ideas, mamá veía el Bailando y decía: ‘¡Qué lindo que es Fede Hoppe! Tiene una pinta de bueno...’. Hoy nos reímos cuando nos acordamos. ¡Así que mi mamá feliz, lo ama!”.
– ¿Es tan tímido como parece? Porque le dijeron que es un “lobo con piel de cordero”...
–Lo ves en la tele y pensás que no estuvo con ninguna mujer. Tiene una personalidad tranquila, pero tuvo un montón de chicas. Era un depredador... A mí no me gustan los hombres que cancherean. Me enamoró su timidez, y que no se la crea. Es un dulce.
–¿Cómo te manejás con los celos?
–Es todo un tema para los dos...
–¿Tuviste que frenar a alguna compañera?
–Directamente no, pero él me cuenta y me muestra los mensajes que le mandan. Incluso famosas, eh... Alguna que ha estado en el Bailando. El tema esa vez no se supo... Encima, ella estaba en pareja. Una desubicada, porque él está conmigo públicamente. Eso me molesta. Me dan ganas de decirle: “Flaca, ¡¿pero qué te pasa?!” . Es horrible.
–¿Quién fue? ¿Bailarina, actriz, cantante?
–Noooo, no te voy a dar el nombre. Sólo te voy a decir que fue este año. ¡Y basta, jaja...! Se tiró un lance. A mí también me mandan mensajes. Algún acompañante de una figura lo hizo. Es lógico: el hombre es siempre más lanzado. Yo los borro.
–¿Cómo es la convivencia?
–Súper buena. Yo nunca había convivido. Somos independientes. Por una cuestión de edad, en algunas cosas tenemos distintos gustos. Entonces yo puedo ir a bailar con mis amigas, y él a tomar un café con los suyos, sin problemas. Además, Fede es muy prolijo, ordenado. Lo único malo es que le gusta la comida casera, y a mí me embola cocinar. Yo soy de delivery... Pero le hago cosas, lo básico: milanesa, pastas, pollo. Le pongo onda. Por ahora no hay fisuras.
¿Lo apurás con el casamiento?
–Cero. Todo lo contrario. En realidad, él le tenía terror al compromiso. Yo también, así que lo entiendo. Es un tema que hablamos cuando volvimos a salir. Por más que no la sentimos, tenemos una diferencia de edad: él me lleva 18 años, y mi duda era si Fede iba a querer tener familia ya. Yo antes de ser madre quiero desarrollar mi carrera. Necesitaba saber si él no estaba apurado por casarse y ser papá. Me dijo que no, que sabía mis prioridades y que me esperaba. Igual, yo creo que él tiene más ganas que yo.
–¿Es el amor de tu vida?
–Reincidimos muchas veces, así que lo nuestro es muy especial. Todavía no sé si es el amor de mi vida, pero hasta hoy es el más importante que tuve. Si es para siempre, el tiempo lo dirá.
