MATIAS ALE “Me casé enamorado pero nunca pensé en vivir esta pesadilla”
Hace tiempo que no se lo veía a Ma-tías Alé (38). Su última aparición había sido a mediados de febrero, cuando se reencontró con (a esta altura) su exmujer, María del Mar Cuello Molar (24), para intentar recuperar su efímera historia. Se habían casado el primero de octubre del año pasado. Pero no hubo tiempo para festejos. Ese mismo día, Matías se subió a un colectivo para hacer una presencia en Córdoba. Algunos dicen que ése fue su problema:sobredosis de trabajo. Otros le apuntaron directamente a María del Mar. Ahora, sábado 5 de marzo por la mañana, Matías pasea en bicicleta por las calles de tierra que rodean al barrio privado San Miguel de Ghiso, en Bella Vista, donde regresó a vivir tras su separación de la cordobesa. ¿Cómo se siente? Sensible, le cuesta hablar y las lágrimas vienen fácil:“ Pero está cada vez mejor ” , juran los suyos. Alé bajó más de ocho kilos, viste campera oscura y pantalón camuflado, como si quisiera perderse entre el verde de los árboles que rodean el lugar. “Por orden de mis médicos no puedo hablar mucho. Estoy bien, recuperándome en el country que es mi casa. Estar cerca de mi mamá (Elena), mi hermano (Elías) y mis amigos me hace muy bien. Ahora necesito paz para poder hacer bien mi rehabilitación y recuperarme”, dice Matías, con los ojos llorosos: “Ya pasó lo peor y ya empezamos el camino final de la recuperación. Estoy muy sensible, vulnerable, pero ya voy a estar bien del todo” .
CAZADOR CASADO.
Fue el diez de octubre de 2014: Matías Alé conoció a María del Mar Cuello Molar en la fiesta de cumpleaños de su novia. Ese día, Sabrina Ravelli celebraba su natalicio en Zebra, el boliche más popular de Villa Carlos Paz, y Matías tuvo ojos para otra mujer. Dicen que quedó impactado desde el minuto cero. “Cuando la vi a María, supe que iba a vivir con ella una historia de amor diferente. Me rompió la cabeza desde el primer momento”, aceptó Alé. Los primeros (cinco) meses fue un amor clandes-tino. Incluso, la propia Ravelli aceptaría la historia más tarde:
“Se conocieron en mi cumpleaños y Matías no sabía cómo dejarme”. Pero en febrero terminaron y, unos días después, el ex de Alfano blanqueaba su historia con María del Mar, una perfecta desconocida para el medio. Fue todo muy rápido.
Alé se enamoró como nunca. Hechizado. Por primera vez, el hombre de las mil mujeres tenía ojos para una sola. En agosto viajaron a Tulum, en una especie de luna de miel mexicana por adelantado. Y en septiembre anunciaron casamiento. El primero de octubre de 2015 dieron el sí en el Registro Civil.
“Es la mujer ideal, con ella puedo tener una relación libre, respetando mis tiempos. Ella no quiere cambiarme”, dijo Matías ese día. No hubo luna de miel porque Alé también tenía cumplir con su otra pasión. La primera son las mujeres, se sabe; y la segunda, el trabajo. Pasaron la noche de bodas en un coche cama rumbo a Córdoba, donde Ma-tías debía conducir un evento. El cuatro de diciembre pensaban subir al altar en la Iglesia Medalla Milagrosa de Parque Chacabuco, pero algo se los iba a impedir…
TRATAR DE ESTAR MEJOR.
Ya por esos días, Matías venía presentando algunos brotes místicos que no pasaron a mayores. Uno de ellos salió a la luz en estos días, porque María del Mar filmó a Alé mientras bendecía y le hablaba a un omelette. Ocurrió el tres de noviembre (un mes y dos días después de pasar por el civil), el mismo día que sufrió el ataque de alucinaciones más grande y terminó internado por un brote psicótico con delirio místico. Matías pasó los siguientes 41 días en la clínica psiquiátrica Abril. La pareja tuvo que suspender su casamiento por Iglesia: ese fue el principio del fin. Mientras Alé estuvo internado –y durante su recuperación– aparecieron todo tipo de rumores. Se dijo que María del Mar lo había embrujado, que lo había buscado por interés y, por supuesto, aparecieron los rumores de infidelidades. A pesar de todo, mientras estaban a la distancia –ella en Córdoba, él en Buenos Aires–, el galán sólo tenía una idea:“Quiero recuperarla” . Sólo cambió de postura la tarde que escuchó a Fernando Burlando, abogado de Cuello Molar, contando que María del Mar iba a solicitar la nulidad del matrimonio:“ Tramitá el divorcio ya” , le pidió entonces a su abogado.
ME SIENTO MUCHO MEJOR.Ahora, mientras respira el aire de los árboles de Bella Vista, Matías nos dice aliviado: “Yo me casé enamorado, nunca pensé en vivir todo esto. Pero te aseguro
que todo lo que empieza a quedar atrás. Es el momento de empezar de nuevo. Estoy atravesando un duelo, pero pronto voy a estar mejor . Sigo triste por haberme separado, pero empiezo a sentirme aliviado porque sé que voy a salir adelante. El tratamiento, los médicos, mis amigos y mi familia me están ayudando mucho para estar mejor. Estoy en pleno proceso de recuperación”.Este sábado, Matías se encuentra a tomar un café con los amigos de siempre, Luciano Lasca y su abo-gado, Guillermo Pelozzato, a quien conoce desde los dieciséis años.“El jueves fuimos con Matías a la casa de Fernando Burlando y firmamos el divorcio. María del Mar firmó el miércoles, así no se cruzaban. Después, fuimos a retirar el certificado matrimonial, porque sólo estaba la libreta. El viernes Burlando se encargó de la presentación y nosotros pedimos un secreto de confidencialidad para no complicar la etapa de recuperación que está viviendo Matías” , explica su defensor legal.
A SETECIENTOS KILOMETROS DE AQUI.
Ese mismo día, en Córdoba, María del Mar Cuello Molar esquiva la guardia periodística que la espera en la casa de su hermano Fabricio.
“Hace dos días irmé el divorcio, yo también estoy viviendo un duelo, fue todo muy lastimoso. Ahora necesito resguardarme y pensar en mí ” , le dice a GENTE. El domingo a las siete y media de la tarde, la cordobesa salió a pasear con su sobrino recién nacido, Francis. ¿Cómo lleva el momento? “Estoy llevando esta transición como puedo, con mucha lástima y dolor”. ¿Cuánto dolor? “ Tuve un intento de suicidio ni siquiera recibí una llamada de Matías” , acusó la cordobesa el sábado por la noche en Secretos verdaderos , el programa de Luis Ventura. Y después agregó: “Traté de darle todo lo que pude a Matías, ero tengo mis límites” . ¿Cuáles son sus límites? “El límite pasó a ser mi salud: me iba a enfermar yo también”, nos cuenta la última mediática. “Estoy muy triste. Necesito estar tranquila y empezar a pensar en mí” , agrega la modelo que nos permite dos preguntas más: ¿Se arrepiente del casamiento? “No, porque me casé enamorada”, responde escueta. ¿Por qué pidió la nulidad entonces?
“Pedí la nulidad del matrimonio porque era lo que quería la mamá de Matías . Pero cuando me di cuenta de lo que iba a significar para su salud, acepté el divorcio”, cierra.
TERAPIA DE AMOR CON AMIGOS.Matías Alé amanece temprano todos los días y sale a caminar, andar en bicicleta o correr con su perro. Gracias a eso, ya bajó más de 8 kilos. Un rato más tarde comparte el desayuno con su familia y, a veces, se suman sus amigos. Los martes y jueves va al médico, y después sigue entrenan-do. Come sano y evita cualquier sobresalto en sus emociones. “Fueron meses muy difíciles para Matías: sufrió alucinaciones, pero con la medicación pudo salir a flote.
El era un adicto al trabajo , no descansaba nunca. Por la mañana era notero, a la tarde hacía radio y a la noche, una o dos funciones de teatro. Después iba a los boliches a hacer presencias. Ese exceso de trabajo te hace explotar.
Matías la sacó barata: los médicos me dijeron que podría haber sufrido un infarto o un ACV. Por suerte, gracias a la vida sana que llevó siempre, tuvo la posibilidad de tener una recuperación rápida y empezar a valorar la vida de otra forma”, dice su abogado. Cuando termina, su amigo Luciano lo mira y le dice:“Vos estás un 90 por ciento, tenés que seguir así para recuperar el 10 por ciento que te falta”.
Durante todo el encuentro, Alé nunca perdió su caballerosidad. En ningún momento pronunció una palabra en contra de su ex. Ya es hora de regresar, pero antes de subir a su mountain bike, nos deja la última frase: “Yo no elegí vivir todo esto. Pero ahora todo lo feo empieza a quedar atrás. Es el momento de mirar para adelante” .
