
La vorágine de su agenda diaria obligaron a Macri a no llevar más dinero ni tarjetas de crédito consigo, e incluso, según reveló, a veces “se olvida el documento”. Sus jornadas laborales se extienden durante los días sábados y domingos.
A diferencia de sus antecesores, Macri redujo a la mitad el número de integrantes de la seguridad presidencial, es por ello que ya no se observa una ola de hombres de traje detrás de la figura del jefe de Estado.