Verónica Ojeda y su hijo
Es la tarde del sábado 8 de abril, y a Dieguito Fernando Maradona (3) le acaban de dar el alta. Corre por el parque de juegos del Holiday Inn de Ezeiza, después de haber pasado una semana de reposo tras la hidrocelectomía de urgencia que le realizaron en el Sanatorio de los Arcos: una operación para eliminar la acumulación de líquido que se le había generado alrededor de uno de sus testículos. Su mamá, Verónica Ojeda (38), lo mira aliviada.
Lo peor ya pasó. “Me pone tan feliz verlo jugar, ya recuperado. Porque si bien era una intervención sencilla, no dejó de ser una operación con anestesia total y local. La
situación de entrar al quirófano me generó mucha angustia, lo mismo que el momento en que le pusieron la máscara para dormirlo. Tardó dos o tres horas en despertar, y lloraba porque estaba muy dolorido. Una situación muy fea. Pero es chiquito, y gracias a Dios el día de mañana no se va a acordar ” , cuenta la ex del Diez mientras dice que, aunque les comunicó inmediatamente a los letrados de Diego que tendrían que intervenir a su hijo, “él nunca se contactó”.
–¿Eso te decepcionó?
–Hoy por hoy ya no me asombra nada del padre del nene. Yo sé que obré bien. Salí del médico el día que me dijeron que lo tenían que operar y lo primero que hice fue llamar a sus abogados, para que lo pusieran al tanto. Ellos sí estuvieron pendientes, pero no hubo respuesta de él. Jamás llamó.
– ¿Igual te dolió que no llamara?
–Obviamente, no lo voy a negar. Ver al nene en la clínica internado y que el padre no llame para decirle que lo ama, fue muy doloroso. Pero bueno... Tiene 55 años y sabe bien lo que hace: nadie le pone un revólver en la cabeza para que no hable con su hijo.
–¿Es un padre ausente?
–No voy a decir lo que pienso, porque además está a la vista. El sabrá los porqués de lo que hace. Yo no lo voy a juzgar. Dieguito, cuando sea mayor, será el que juzgue a su padre.
–¿Te pregunta por él?
–Es chiquito y todavía no entiende bien las cosas. La última vez que lo vio fue en diciembre. Y si lo ve, le da un abrazo y le dice “papá” . Yo siempre le muestro videos y fotos y hago que le tire besos. No pienso en mí sino en el nene, y siempre le hablo muy bien de Diego, porque más allá de mis diferencias, quiero que ame a su padre. Debe tener el amor de ambos. El decidirá en el futuro si lo desea ver y le quiere hablar. En unos años va a poder agarrar el teléfono y llamar-lo para decirle: “Papá, quiero verte” . Y nadie podrá interponerse en esa relación.
–¿Te sorprendió el llamado de Gianinna para ver a Dieguito?
–No, porque sé que ella ama a su hermano y siempre lo demostró. Hemos pasado cosas amargas, pero supo separar. Lo valoro muchísimo. En la clínica lo miraba con ojos de amor. Lo sentí. Es algo hermoso para ella y para Dieguito. Mirá cómo la misma hija le está dando a su padre un ejemplo de que se pueden separar los tantos. Porque tiene que ver con la felicidad del nene, que es el más chico del entorno Maradona. Hay que cuidarlo y hacerlo feliz.
–¿Es verdad que la habías bloqueado en tu celular?
–Se dicen tantas cosas... No teníamos relación. Sin embargo, dejamos todo de lado por el nene, y eso habla bien de las dos. Somos personas adultas, pensantes y civilizadas que sólo quieren el bien de Dieguito.
–¿Es cierto que también se comunicó Diego Jr.?
–Me escribió desde Italia. Y también se conectó una de las hermanas de Diego. Siempre tuve buena relación con su familia. Jana no llamó
más, pero tal vez, como está bien con su papá, no quiere problemas. Igualmente, todos serán bienvenidos mientras lleguen con buena predisposición y con amor. La felicidad de mi hijo es lo principal, y eso también le va a hacer tener una linda relación con sus hermanos.
–¿Vos cómo estás en medio de toda esta situación?
–Muy bien, con varios proyectos. En junio empiezo a filmar un reality del que todavía no puedo contar demasiado.
–¿El corazón cómo te viene tratando?
–Anda tranquilo. En enero decía que no tenía tiempo para el amor ¡porque realmente no lo tenía! Laburé toda la temporada en Mar del Plata con la comedia musical Soñando, historias de vida. Llegué a Buenos Aires y Dieguito empezó el Jardín con la adaptación. Después me fui unos días de vacaciones a Miami, surgió todo lo de la operación y recién ahora estoy respirando un poquito. Así que ya llegará... Estoy abierta al amor.
Jualiana Awada: “Cocino todos los días”
Como si fuera un ama de casa más, a Juliana Awada (42) le gusta ir de compras. Alguna vez se la vio en un super y cada año es incondicional de Masticar. El jueves 5, la Primera Dama estuvo en la inauguración de la Feria, se quedó más de dos horas, recorrió el mercado, visitó los puestos de los grandes chefs y se mostró muy interesada en el proyecto de los productores del Norte del país de reivindicar la cultura de sus platos tradicionales desde la misma escuela.
– ¿Te gusta cocinar, Juliana?
–¡Me encanta! En casa lo hago todos los días. Una nutrición sana empieza cuando uno mismo se involucra en la cocina y sabe qué es lo que come. Además, es mi mejor
manera de mimar a los que más quiero.
–Venís desde la primera edición de la Feria. ¿Por qué te gusta Masticar?
–Porque aquí te encontrás cada año con novedades y uno puede ver el potencial que tienen los cocineros argentinos. Nuestra gastronomía tiene muchos talentos. Una de las cosas que más me gustan es pasear por el mercado, porque ver a los productores mostrando lo que cosecharon y elaboraron con tanto orgullo y pasión me emociona.
–Precisamente te vimos conversar con productores del NOA. ¿Hay un compromiso especial de trabajar con ellos?
–Estuve viendo los productos autóctonos que ofrecen. Es importantísimo que rescatemos la quinoa, el amaranto, los papines, los pimientos... No sólo porque son de nuestra tierra, sino porque son súper ricos y tienen altas propiedades nutricionales.
–Además de servir el risotto en lo de Dolli Irigo- yen, ¿qué comiste en la Feria?
–Pasé por todos los stands que pude y en cada uno probé distintos productos. Eso es lo maravilloso de Masticar: su gran variedad de ofertas gastronómicas.
Matías Ale en España
Con la anuencia de sus médicos, y tal como había anticipado en una entrevista con GENTE, Matías Alé viajó a España el 27 de abril. Planeaba su regreso (esta nota cerró el viernes 6 de mayo) para el domingo 8. Fue su primera salida del país desde su internación, su divorcio y su alta definitiva. El motivo fue visitar a su amigo de la infancia Tomás Miller, compañero desde los 12 años en el colegio Almafuerte, que reside en el barrio madrileño de Las Rosas. “Hace años que vive en España. Su mujer se llama Flor Martino y sus hijos –Mateo (cumplió 9 el sábado) y Manuela (5) – son mis ahijados. Lo pasamos bárbaro. Aquí, con mis amigos, encontré paz y felicidad. Estuve muy contenido”, cuenta desde la capital española apenas llegado del cine, donde fueron a ver.
El libro de la selva, película que le pareció “muy tierna”. Como era feriado, alquilaron una casa de campo y pasearon unos días recorriendo el norte ibérico: estuvieron en los Picos de Europa y el pintoresco pueblo de Potes en Asturias, además de Valladolid, Palencia y Gijón. Lo único que cambió del recorrido que había planeado es que no pasó por Barcelona. Allí se iba a encontrar con un productor, a quien finalmente entrevistó en Valladolid.
“La idea es que en agosto me venga a ver a Buenos Aires, donde ensayo una comedia que estrenaré en junio. Y si todo sale bien, prepararía una obra para lle-var en gira por España el año que viene” , se entusiasma.
–¿Estuviste al tanto de que aparecieron fotos de María del Mar besándose con una chica.
–Nada, amigo. Me desconecté de todo.
Verónica Ojeda y su hijo
Es la tarde del sábado 8 de abril, y a Dieguito Fernando Maradona (3) le acaban de dar el alta. Corre por el parque de juegos del Holiday Inn de Ezeiza, después de haber pasado una semana de reposo tras la hidrocelectomía de urgencia que le realizaron en el Sanatorio de los Arcos: una operación para eliminar la acumulación de líquido que se le había generado alrededor de uno de sus testículos. Su mamá, Verónica Ojeda (38), lo mira aliviada.
Lo peor ya pasó. “Me pone tan feliz verlo jugar, ya recuperado. Porque si bien era una intervención sencilla, no dejó de ser una operación con anestesia total y local. La
situación de entrar al quirófano me generó mucha angustia, lo mismo que el momento en que le pusieron la máscara para dormirlo. Tardó dos o tres horas en despertar, y lloraba porque estaba muy dolorido. Una situación muy fea. Pero es chiquito, y gracias a Dios el día de mañana no se va a acordar ” , cuenta la ex del Diez mientras dice que, aunque les comunicó inmediatamente a los letrados de Diego que tendrían que intervenir a su hijo, “él nunca se contactó”.
–¿Eso te decepcionó?
–Hoy por hoy ya no me asombra nada del padre del nene. Yo sé que obré bien. Salí del médico el día que me dijeron que lo tenían que operar y lo primero que hice fue llamar a sus abogados, para que lo pusieran al tanto. Ellos sí estuvieron pendientes, pero no hubo respuesta de él. Jamás llamó.
– ¿Igual te dolió que no llamara?
–Obviamente, no lo voy a negar. Ver al nene en la clínica internado y que el padre no llame para decirle que lo ama, fue muy doloroso. Pero bueno... Tiene 55 años y sabe bien lo que hace: nadie le pone un revólver en la cabeza para que no hable con su hijo.
–¿Es un padre ausente?
–No voy a decir lo que pienso, porque además está a la vista. El sabrá los porqués de lo que hace. Yo no lo voy a juzgar. Dieguito, cuando sea mayor, será el que juzgue a su padre.
–¿Te pregunta por él?
–Es chiquito y todavía no entiende bien las cosas. La última vez que lo vio fue en diciembre. Y si lo ve, le da un abrazo y le dice “papá” . Yo siempre le muestro videos y fotos y hago que le tire besos. No pienso en mí sino en el nene, y siempre le hablo muy bien de Diego, porque más allá de mis diferencias, quiero que ame a su padre. Debe tener el amor de ambos. El decidirá en el futuro si lo desea ver y le quiere hablar. En unos años va a poder agarrar el teléfono y llamar-lo para decirle: “Papá, quiero verte” . Y nadie podrá interponerse en esa relación.
–¿Te sorprendió el llamado de Gianinna para ver a Dieguito?
–No, porque sé que ella ama a su hermano y siempre lo demostró. Hemos pasado cosas amargas, pero supo separar. Lo valoro muchísimo. En la clínica lo miraba con ojos de amor. Lo sentí. Es algo hermoso para ella y para Dieguito. Mirá cómo la misma hija le está dando a su padre un ejemplo de que se pueden separar los tantos. Porque tiene que ver con la felicidad del nene, que es el más chico del entorno Maradona. Hay que cuidarlo y hacerlo feliz.
–¿Es verdad que la habías bloqueado en tu celular?
–Se dicen tantas cosas... No teníamos relación. Sin embargo, dejamos todo de lado por el nene, y eso habla bien de las dos. Somos personas adultas, pensantes y civilizadas que sólo quieren el bien de Dieguito.
–¿Es cierto que también se comunicó Diego Jr.?
–Me escribió desde Italia. Y también se conectó una de las hermanas de Diego. Siempre tuve buena relación con su familia. Jana no llamó 
más, pero tal vez, como está bien con su papá, no quiere problemas. Igualmente, todos serán bienvenidos mientras lleguen con buena predisposición y con amor. La felicidad de mi hijo es lo principal, y eso también le va a hacer tener una linda relación con sus hermanos.
–¿Vos cómo estás en medio de toda esta situación?
–Muy bien, con varios proyectos. En junio empiezo a filmar un reality del que todavía no puedo contar demasiado.
–¿El corazón cómo te viene tratando?
–Anda tranquilo. En enero decía que no tenía tiempo para el amor ¡porque realmente no lo tenía! Laburé toda la temporada en Mar del Plata con la comedia musical Soñando, historias de vida. Llegué a Buenos Aires y Dieguito empezó el Jardín con la adaptación. Después me fui unos días de vacaciones a Miami, surgió todo lo de la operación y recién ahora estoy respirando un poquito. Así que ya llegará... Estoy abierta al amor.
Jualiana Awada: “Cocino todos los días”
Como si fuera un ama de casa más, a Juliana Awada (42) le gusta ir de compras. Alguna vez se la vio en un super y cada año es incondicional de Masticar. El jueves 5, la Primera Dama estuvo en la inauguración de la Feria, se quedó más de dos horas, recorrió el mercado, visitó los puestos de los grandes chefs y se mostró muy interesada en el proyecto de los productores del Norte del país de reivindicar la cultura de sus platos tradicionales desde la misma escuela.
– ¿Te gusta cocinar, Juliana?
–¡Me encanta! En casa lo hago todos los días. Una nutrición sana empieza cuando uno mismo se involucra en la cocina y sabe qué es lo que come. Además, es mi mejor 
manera de mimar a los que más quiero.
–Venís desde la primera edición de la Feria. ¿Por qué te gusta Masticar?
–Porque aquí te encontrás cada año con novedades y uno puede ver el potencial que tienen los cocineros argentinos. Nuestra gastronomía tiene muchos talentos. Una de las cosas que más me gustan es pasear por el mercado, porque ver a los productores mostrando lo que cosecharon y elaboraron con tanto orgullo y pasión me emociona.
–Precisamente te vimos conversar con productores del NOA. ¿Hay un compromiso especial de trabajar con ellos?
–Estuve viendo los productos autóctonos que ofrecen. Es importantísimo que rescatemos la quinoa, el amaranto, los papines, los pimientos... No sólo porque son de nuestra tierra, sino porque son súper ricos y tienen altas propiedades nutricionales.
–Además de servir el risotto en lo de Dolli Irigo- yen, ¿qué comiste en la Feria?
–Pasé por todos los stands que pude y en cada uno probé distintos productos. Eso es lo maravilloso de Masticar: su gran variedad de ofertas gastronómicas.
Matías Ale en España
Con la anuencia de sus médicos, y tal como había anticipado en una entrevista con GENTE, Matías Alé viajó a España el 27 de abril. Planeaba su regreso (esta nota cerró el viernes 6 de mayo) para el domingo 8. Fue su primera salida del país desde su internación, su divorcio y su alta definitiva. El motivo fue visitar a su amigo de la infancia Tomás Miller, compañero desde los 12 años en el colegio Almafuerte, que reside en el barrio madrileño de Las Rosas. “Hace años que vive en España. Su mujer se llama Flor Martino y sus hijos –Mateo (cumplió 9 el sábado) y Manuela (5) – son mis ahijados. Lo pasamos bárbaro. Aquí, con mis amigos, encontré paz y felicidad. Estuve muy contenido”, cuenta desde la capital española apenas llegado del cine, donde fueron a ver.
El libro de la selva, película que le pareció “muy tierna”. Como era feriado, alquilaron una casa de campo y pasearon unos días recorriendo el norte ibérico: estuvieron en los Picos de Europa y el pintoresco pueblo de Potes en Asturias, además de Valladolid, Palencia y Gijón. Lo único que cambió del recorrido que había planeado es que no pasó por Barcelona. Allí se iba a encontrar con un productor, a quien finalmente entrevistó en Valladolid.
“La idea es que en agosto me venga a ver a Buenos Aires, donde ensayo una comedia que estrenaré en junio. Y si todo sale bien, prepararía una obra para lle-var en gira por España el año que viene” , se entusiasma.
–¿Estuviste al tanto de que aparecieron fotos de María del Mar besándose con una chica.
–Nada, amigo. Me desconecté de todo.
