Emotiva nota a Ximena Capristo por su primer día de la madre

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Félix ríe, se mueve, mira a sus papás y les hace muecas y monerías. Ximena Capristo (40) y Gustavo Conti (42) se derriten de amor por su bebé, que nació hace ocho meses y medio. Después de cuatro años de búsqueda, la pareja que se conoció en Gran Hermano 2001 y nunca más se separó, cumplió el sueño de su vida. Hoy, Ximena vive su primer Día de la Madre junto a Félix, y posaron cancheros para Ciudad. "Me siento feliz, valió la pena todo el esfuerzo. En un momento sentí que no se me iba a dar", revela Capristo en su charla mano a mano, emocionada con su bebé a upa. -¿Cómo te sentís como mamá? -Tener a Félix en brazos es increíble. Es alucinante ser mamá y no te lo imaginás hasta que lo vivís, estoy feliz, no puedo pedirle más nada a mi vida. La verdad es que los chicos dan trabajo y más de la manera en la que lo criamos nosotros en la que prácticamente estoy las 24 horas con él o pensando en él. Es como que por más que no esté con él estoy pensando en él, en cómo estará, qué estará haciendo. Mi trabajo, gracias a Dios, es esporádico entonces puedo estar mucho más tiempo con él. -¿Cómo viviste los nueves meses de embarazo y el parto? -Mi embarazo fue genial, no tuve náuseas ni nada por el estilo. Fui muy mimada por mi marido, mis amigas, mi familia. Aumenté 22 kilos, ¡fue un montón! Pero sólo tenía antojos de mandarina y naranjas, nunca de otra cosa dulce o llamativa. Lo que sí me pasó, justo el día antes de parir, es que me dieron ganas de comer dulce de leche ¡y me comí un tarro entero! El parto fue una experiencia única, tuve doce horas de trabajo y fue un parto como literalmente se suele decir. No tenía dilatación y me costó muchísimo. Lo mejor fue que mi obstetra me esperó, no me forzó con los tiempos. Yo quería tener la experiencia de tener un parto natural pero no estaba obsesionada con el tema y sabía que si había algún inconveniente se hacía la cesárea, pero finalmente no hubo necesidad. -Contanos cómo es Félix. -Tiene un carácter importante, le gusta que estén muy pendientes de él. Capaz que después crece y se le pasa pero ahora sólo quiere estar con nosotros, no quiere ir a upa de nadie, es medio difícil que nos suelte. Duerme con nosotros y es un nene feliz así. Está todo el día riéndose. Llora por ejemplo cuando se siente sucio, cosa que trato que no pase y estoy atenta a cambiarle el pañal las veces que sea necesario, o cuando se da algún golpe ahora que arrancó a moverse más. Come desde los cinco meses, le encanta todo: frutas, yogur, carne, pollo y también le sigo dando la teta a full. -¿Qué le dirías a esas parejas que están viviendo lo que les tocó vivir a ustedes cuando buscaban a Félix? -Que no bajen los brazos, lo más importante es no rendirse. La ciencia avanzó muchísimo y si Dios no te lo manda o por algún tema de salud no se puede, la opción de adoptar siempre está, aunque realmente es muy difícil. Siempre es bueno ser madre y el sentimiento de querer tener una familia es el mismo. Nosotros analizamos esa opción mucho tiempo. Tardamos cuatro años y la espera fue difícil. No hice tratamiento porque mi tope eran los 40 años y ahí sin dudas habría hecho el tratamiento. Uno tiene un deseo y eso es lo importante. -¿Cómo fue a nivel pareja transitar esta experiencia? -Nosotros deseamos un montón tener un hijo. Ahora, si bien estamos juntos y nos amamos, no tenemos las mismas prioridades ni independencia que teníamos antes, o que veníamos teniendo en estos 16 años. Lo más cercano a un hijo que teníamos era Jaime, el perro. Después te das cuenta que es un integrante muy importante pero no tiene nada que ver con un hijo. Ahora estamos muy pendientes de Félix y toda nuestra vida pasa por él, no sé si está bien o mal. Tenemos amigos que nos invitan a cenar y nosotros decimos "dale, pero vamos con el bebé" y capaz nos miran raro. Por trabajo sí hemos tenido que dejarlo y en ese caso buscamos a una señora que lo conoce desde que nació, es una dulce, veo el trato que tiene con él y Félix con ella se re queda, además de que vive a diez cuadras de mi casa y sabemos que podemos contar con ella. No hemos vuelto a tener una cita romántica los dos solos o viajes.