"Sinceramente, la agresión física la dejaba pasar, nunca le di importancia, más me dolía la verbal. Siempre le pedí que adelante de Salva no grite, sabía mi punto débil, nunca le importó su hijo y menos yo. Físicamente recibía cachetadas a mano abierta que me dejaban la piel colorada por distintas partes del cuerpo, o empujones por cosas que le parecían mal o no le gustaban. Y las agresiones verbales eran todo el tiempo denigrándome como mujer", expresa en la carta.
Además, en el escrito Vicky explica qué pasó la última vez que estuvieron juntos en su casa: "Exploté en llanto y le dije: 'Es la última vez que me faltás el respeto'. Ahí fue cuando me empujó y ahorcó fuertemente, que ni cuenta me daba de los golpes. No dudé en hacer la denuncia y ponerle fin a todo esto".
La mediática cuenta también que en varias ocasiones el bebé fue víctima de maltratos: "Le pedí que lo tenga a upa porque tenía que ir al baño y él lo revoleó a Salvador y rebotó en la cuna. El bebé abrió grandes los ojos y miraba asustado. Hay cosas que no puedo perdonar".
Él es una persona agresiva, muy nerviosa, todo le molesta, por todo se queja y lleva toda situación a la pelea. Cada cosa que pasaba le molestaba: si el bebé me vomitó, si un cuadro se cayó, si caía de tal manera, si me sacaba una selfie, si hablaba por teléfono", agrega.
Vicky también cuenta por qué tardó tanto en hacer la denuncia: "Seguía ilusionada con que todo podía mejorar y el bebé era muy chico. Traté de apostar a una familia que nunca existió, porque yo sí me había enamorado y estaba muy ilusionada en formar una familia feliz. Pensaba que con amor podía mejorarlo, pero juro que no pude. Hice de todo, dejé mi vida para acompañarlo a todos lados. Vivía dándole sorpresas, amor… Mi mayor acto de amor fue darle un hijo. Me arrepiento del padre que le di a mi hijo".