
“El libro es exorcizar un montón de demonios y cerrar una etapa. Es un libro a favor y en contra mío. No tenía ganas de escribir un libro de chimentos”, aseguró el conductor de Intrusos.
“En el libro cuento que engañé a mi mujer -Silvia D’Auro- y ella me engañó a mí, y lo hice para contar la historia de una degradación. Silvia me dijo que no me amaba más mucho antes de separarnos. Esa frase me desmoronó, me destruyó la autoestima, y esa frase hizo que un día se me cruzara alguien. Cuando te dicen ‘no te amo’ te cortan al medio. Del engaño a mí me enteré mucho después, me lo contó una de mis hijas y no me importó. Soy un ser humano normal, y es mi vida como la de cualquiera. Por eso lo conté”, se confesó.
“El otro día me llamó Luis (Ventura) para decirme de la posibilidad de una cautelar por las cosas que cuento. Es solo un rumor y no le veo razón de ser porque son cosas que me pasaron a mí y en ese caso sería censura. Salvo que sientan que destapo algo tremendo. La palabra ‘sometimiento’ aparece en ese pasado, porque dormí durante un año con el enemigo. Descubrí que me faltaban un montón de pedazos. Tuve que hacer una reconstrucción. Pedazo a pedazo. La decisión de mis hijas de “adoptarme” a mí, y la aparición de Mariana, me salvó. Me encontré a los 50 años con que de golpe no tenía nada”, agregó.
Rial contó que: “Rocío y Morena vivieron todo lo que cuento ahí. Yo hablé con ellas. Algunas cosas que voy a contar son fuertes y las voy a contar si no les molesta, les dije”.
“Arranqué, abrí, volví a meter el stent, viví todas las sensaciones, lo hablé en terapia, no fue gratuito que el problema haya sido en el corazón. Literalmente me explotó el corazón”, concluyó.