
Entre los embajadores presentes estaba Nilda Garré, representante argentina ante la OEA.
El que los cuestionamientos a Zaffaroni hayan llegado al recinto de la OEA es mérito de la sociedad civil estrictamente, dado que el oficialismo ha promovido esta candidatura ante la mayor indiferencia del resto de las fuerzas políticas.
En cambio, algunas entidades locales han alertado a la opinión pública, nacional e internacional, acerca de los antecedentes de un juez que no sólo juró por los estatutos de la dictadura militar (1976-83), sino que ha firmado fallos aberrantes –con absurdos atenuantes a delitos gravísimos-, fue investigado y multado por alquilar varias propiedades a prostíbulos y es responsable directo de que la Argentina no tenga un régimen penal juvenil, pese a ser esto uno de las recomendaciones de la propia CIDH a la cual ahora quiere ingresar.
En particular lo ha hecho el foro Usina de Justicia, a través de comunicados que fueron reproducidos en la prensa internacional. Inclusive, uno de los artículos publicados en el diario El País fue retuiteado por la Misión Española ante la OEA. (Infobae)