Quien es Jaime Stiuso “El sabe la verdad sobre la muerte de Nisman, pero no se si quiere que todos la sepamos”. Nota GENTE

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Quien es Jaime Stiuso “El sabe la verdad sobre la muerte de Nisman, pero no se si quiere que todos la sepamos” GERARDO YOUNG Es el periodista que más conoce sobre el otrora director general de Operaciones de la SIDE, y aquí recorre su misteriosa y controvertida vida. ¿Cómo hizo Stiuso para mantenerse cuarenta y dos años en la Secretaría de Inteligencia? ¿Qué buscó con su declaración de quince horas ante la jueza, en la que denunció a ex funcionarios? ¿Por qué llamó al programa Intratables? Promediaba el miércoles 2 de marzo de 2016 en nuestra Argentina, donde la realidad a cada instante supera a la propia realidad (porque la ficción hace rato quedó relega-da en el camino), cuando Gerardo Matías Young descubrió por América TV algo que nunca creyó que vería: Al principal espía argentino de las últimas décadas llamando al programa de actualidad de mayor rebote mediático. “ ¡Increíble momento!” , admite el periodista sobre Antonio Stiuso, desde la casa de Palermo don-de vive con su colega Lorena Maciel y sus hijos Miranda, Camilo y Manuel. “Entonces lo tuiteé” , explica Tato (44, porteño) el peculiar inicio de esta nota. “Lo reconocí por su voz –aunque podía ser una imitación de Rolo Villar–, por la forma de ‘apretar’ al doctor Luis Moreno Ocampo y porque le mandé un WhatsApp a un amigo de Jaime y me lo confirmó” , cuenta el columnista del programa Encendidos en la tarde (Radio Mitre), conductor de Banda 3.0 y Quiero que me expliquen (por la pantalla de Metro) y autor del bestseller Código Stiuso ( Planeta’). Tema que nos convoca. –Cuéntenos quién es Antonio Horacio Stiuso… –Se trata de un espía profesional que trabajó para los gobiernos de turno desde 1972 hasta el último día de 2014. Incluso –podríamos decirlo–, el mejor y el peor de todos los que transitaron por el edificio céntrico de la calle 25 de Mayo 11. El mejor, porque se trata de un hombre capaz y audaz, que llegó a lo más alto a lo que aspira un agente: La Dirección General de Operaciones de la SIDE, el mayor cargo técnico que se le puede otorgar a un hombre de adentro. Y el peor, porque no tiene códigos morales a la vista. –¿Cómo llegó a la Secretaría de Inteligencia del Estado? –Entró por intermedio de Horacio García, un compañero suyo del colegio Don Bosco, de Ramos Mejía, en el que estudiaban. Stiuso empezó de cero, llevando papeles, y así fue creciendo. Se recibió de ingeniero electrónico y comenzó a involucrarse en el área de espionaje, subiéndose a las terrazas, poniendo grabadores y efectuando intervenciones telefónicas clandestinas. Estuvo con los militares, y en democracia lo convocaron para misiones de cierto peligro. Durante los Noventa investigó casos de narcotráfico y mafias organizadas. Participó, entre otras acciones, en la captura europea del controvertido agente Raúl Guglielminetti y en la irregular operación Café Blanco, que derivó en 1.030 kilos de cocaina secuestrada allá por 1995. A su apodo de guerra, “Aldo Stiles”, pronto se le sumó un nombre temerario: “Jaime”, susurraban entre policías, jueces y fiscales. Les daba pánico. –¿Jaime? ¿A qué se debía? –Existen dos versiones. La que cuenta él, por el espía James Bond. Y la que cuentan sus amigos, por el robot del súper agente Maxwell Smart, también especialista en artefactos y también híper obediente. –¿Pero estaba más cerca del 007 o del 86? –Pienso que de los dos. Como suele pasar en la Argen-tina, que las cosas buenas se terminan convirtiendo en grotescas y al revés. Siempre se mantuvo al servicio del político de turno gracias al poder de poseer y saber usar a información prohibida. Fue un hábil operador de Tribunales. Colaboró en causas de investigación y hasta llegó a impulsar la designación de jueces. En ese territorio, Stiuso era clave. Hoy resulta difícil que encuentres un juez federal que te hable mal de él. Todos le tienen admiración/pánico. Todos lo han tratado y a varios les ha conseguido incluso puestos. Uno de los casos que cito en mi libro es el de la jueza Sandra Arroyo Salgado, la ex mujer de Alberto Nisman, y otro, el del juez Luis Rodríguez, quien, desde el fuero federal, seguramente termine encargándose del caso por la muerte del fiscal. –De diciembre a la fecha, el caso Nisman no paró de alimentar las noticias: Se removió de la causa a la doctora Viviana Fein, el fiscal general Ricardo Sáenz argumentó que fue asesinado, Stiuso expuso sus argumentos durante quince horas vinculando al gobierno de Cristina en la muerte y, para completarla, la jueza de instrucción Fabiana Palmaghini acaba de declararse incompetente. ¿Demasiadas olas juntas, no? –Si bien me costó entenderlo, los primeros movimientos nunca son el objetivo de los espías. Stiuso, por lo pronto, se sacó de encima a la fiscal Fein, denunciando que había omitido incluir en su declaración de un año atrás la acusación sobre que a Nisman lo mataron. Inviable, ya que cuando te toman declaración, la leés y la firmás. Es imposible creer que una fiscal con pinta de ama de casa podría engañar a Stiuso. Lo que sí me llama la atención es que Palmaghini se sacara la causa de encima. Su argumento de que a Nisman le pincharon los teléfonos (un delito federal) ¡lo sabemos hace un año!… Stiuso hace meses que planea su retorno a la Argentina, y uno de sus objetivos era llevar la causa a los tribunales de Como-doro Py, para manejarla. El tiempo demostrará si busca llegar a la verdad o vengarse de Cristina Fernández. –¿Venganza? –O revancha. Cuando muere Néstor Kirchner, la Presi-denta “recetea” su cuadro de relaciones y se pelea con algunos viejos aliados. Uno, Stiuso. Al mismo tiempo, entre 2012 y 2013, produce un cambio en su mirada geopolítica y apuesta al Memorándum de Entendimiento Argentina-Irán para intentar resolver el caso AMIA. Lo que descoloca a Nisman y Jaime, a quienes Néstor pidió investigar. Incluso ellos creían que ya habían resuelto el atentado, direccionando la culpa hacia Irán. Ahí es cuan-do Stiuso empieza a perseguirse, a usar arma, a tomar taxis en lugar de autos de la SIDE. Hasta que Cristina lo echa, y a los quince días el fiscal hace la denuncia, apareciendo muerto el 18 de enero de 2015. –¿Imagina por qué Stiuso llamó a Santiago del Moro? ¿Qué pretendió comunicándose con Intratables? –Hay dos posibilidades. Una, aprovechar el programa para mandar una apriete general:“Acá estoy y voy a hablar”. Y hay otra: Jaime ya no es el dueño del nombre que atemorizaba; se puso nervioso y perdió el control. –¿Qué pregunta le haría si pudiera? –Le consultaría sobre quién mató a Nisman. –¿Stiuso lo sabe? –Yo creo que sí. Pero no estoy seguro de si quiere que lo sepamos todos