Vivió la experiencia sin miedos ni culpas y aferrada al placer. Con la templanza propia de su personalidad, Zaira Nara (27) dice haber asimilado los típicos malestares del embarazo con la alegría de los buenos augurios. Y que el amor de su novio, Jakob von Plessen (35), y la llegada de su primera hija juntos han revolucionado un mundo propio que ahora pretende disfrutar sin tantas estructuras. “Transité un embarazo tranquilo. No sé si fue porque estoy en paz con todo pero fue así. No me quejaba porque, al contrario, pensaba qué bueno que tengo náuseas, es porque estoy embarazada. Si tenía sueño o estaba muy cansada me alegraba porque significaba que el bebé se estaba agarrando. La parte más difícil fue disimularlos porque al principio nadie sabía que estaba embarazada. No podía estar grabando en un estudio de TV y dejarlo en evidencia. Me organizaba y cuando estaba en casa dormía todo el día”, asegura la modelo y conductora de “Multitalent Agency”sobre los primeros meses de gestación, durante los que condujo “Tu Mejor Sábado” y “Tu Mejor Domingo”, ciclos de Canal 9, y acompañó por el mundo a su no-vio, cuyo curioso trabajo es organizar safaris a caballo en Masái Mara, la reserva natural situada en Kenia, Africa.
“Gracias a Dios todos los controles médicos dieron bien. Con tres meses de embarazo me fui a Kenia y viajé un montón. En el momento en el que nos enteramos viajamos a Austria, estando yo de siete semanas. Como vio que todo marchaba bien, mi obstetra me dio esas libertades. Pero ahora llegué del campo y, hace veinte y pico de días, del sur argentino, y me dijo ‘basta, éste es el último viaje en avión’. Ahora hay que quedarse en casa, confiesa a días de dar luz Zaira, cuyas prioridades son disfrutar una pancita, que según confiesa va “a extrañar mucho”, la casa a la que se mudó recientemente en un barrio privado de Tigre y terminar de decorar el cuarto de su hija, para el que eligió tonos blancos y muebles que mandó a diseñar especialmente.
“La verdad, teníamos muchas ganas de ser papás, lo habíamos hablado un mon-tón. Empezamos a buscar y podía pasar hasta un año pero en ese mes ya estaba embarazada. Voy a tener un hijo con el hombre que más amé. Creo que hasta que no lo vivís, no te das cuenta. Uno puede estar bien con alguien, decir que estás enamorada y amar a alguien pero con él tuve una conexión especial. Me di cuenta que era el hombre que quería tener toda la vida al lado mío. Fue fuerte y distinto. Es el amor y no tiene explicación. Lo que siento por `Yako´ (así lo pronuncia) me hizo elegirlo como el padre de mis hijos”,se sincera Zaira. Ya habían sido novios años atrás pero su amor tuvo que esperar.
“Ahora vamos a organizarnos y elegiremos nuestros trabajos en base a la familia. Apenas pueda vamos a llevar a nuestra hija a conocer Africa”, agrega.
—¿Qué clase de compañero encontró en él?
—Lo que más me conecta es lo distinto que es a mí. Nos complementa-mos. Yo soy centrada, correcta, muy pensante y racional, y él es relajado y espontáneo. El me desestructura y yo le aporto orden. Fue un balance. Jakob vivía seis meses en Africa haciendo safaris y yo haciendo televisión en la Argentina, con todo anotado en una agenda y organizado. Tiene un trabajo rarísimo pero fue evidente que los dos necesitábamos encontrar a una persona muy diferente a lo que somos. Nos llevamos increíble y nos divertimos un montón, nos acompañamos y eso es lo más importante. Yo admiro y me apasiona lo que hace y a él le encanta lo que hago.
—Pero tuvieron que ser pacientes para darse una segunda oportunidad...
—Sí, nos conocimos hace años por-que nos presentó una amiga, pero en ese momento decidimos separarnos porque, ahí mi pensamiento era “no, no va a funcionar”. La primera vez que comenzamos una relación no me hubiera permitido salir con alguien que pasaba seis meses en Africa.
—¿El deseo de ser mamá venía de antes?
—Siempre decía que quería ser mamá joven pero era más bien un deseo sin pensar en una edad determinada. Y yo quiero ser una mamá presente. La veía a mi hermana,Wanda, y decía, “todo lo que te estás perdiendo de vivir”, y ella, “todo lo que te estás perdiendo de amar”.
—¿Cuál es la historia detrás del nombre que llevará tu hija, Malaika?
—Elegimos ese nombre porque cuando fui a Africa, Timoteo, un amigo masai de Jakob, cantaba una canción que se llama Malaika. Después de decirle a Jakob que me encantaba esa canción me dijo que significaba ángel y que también hacía referencia a una niña bonita. Sumado al apego que le tiene a Ken- ya, nos pareció el nombre perfecto para nuestra hija.
—¿Cómo imaginas a Jakob papá?
—Me muero de amor pensándolo papá, porque veo lo que es él con su mamá, cómo es conmigo. Es un hombre súper atento, que está todo el tiempo pensando en sus mujeres. Cuando no sabíamos el sexo, sus íntimos le decían que era obvio que iba a tener una nena, porque al estar rodea-dos de mujeres, también por su abuela y su tía, estaba destinado a ser papá de una mujer. Tiene como un imán, todas en la familia lo necesitamos. Yo soñaba con una nena y él en un principio quería que fuera varón, para enseñarle todo lo que sabe, pero igual está chocho. Nuestra intuición nos decía que era una nena. Para saber el sexo nos hicimos el test de sangre “Ba-bygen”, que podés realizarlo a partir de la semana 9 y mandan a analizar a los EE.UU.
—¿Y qué tipo de mamá intuís que serás?
—Como le digo a Jakob: para mí que la nena va a venir a cambiarme todas las estructuras. Me la imagino con una personalidad como la del padre y que entre los dos me van a volver lo-ca... Ya imagino a los dos arriba de un caballo y yo muerta de miedo. Quiero ir viendo, no tengo un perfil de madre que pretenda ser, quiero acompañar a mi hija y que sea feliz e ir aprendiendo a ser madre en ese camino. —
¿Hubo aspectos de tu personalidad que cambiaron en este tiempo?
—Creo que comenzás a ser mamá desde la primera náusea o el primer mareo. Es como ese instinto animal que surge en todas las mamás. Dejé de lado la estética para cuidar a mi beba. Gracias a Dios, no tomo alcohol, no fumo, ni salgo de noche, entonces fue fácil ser mamá y llevar una vida sana. Dejé el ego y a la modelo de lado para proteger a mi hija. Nunca tuve que hacer dieta en mi vida porque siem-pre comí lo que quise y tengo buena genética y menos lo hice estando embarazada. Hoy me siento con-ductora y no siento la obligación de cumplir con un talle. —
¿Cómo fue tu alimentación estos meses?
—Al principio del embarazo me daban ganas de comer pizza, pastas y pan con manteca, creo que un mes y me-dio viví a base de eso. Y le dije al obstetra que me preocupaba tal vez no estar haciendo una alimentación sana, pero me tranquilizó y me dijo “es lo que el cuerpo te está pidiendo”. Me daban asco los dulces pero eso me duró otro mes y medio y ahora son mis mejores aliados. Lo mejor es relajarse, y si estás sana y los estudios te dan bien, hay que disfrutar la vida desde ese punto. Engordé doce kilos hasta ahora, pero por lo que como podría haber sido mucho más. La panza me salió de golpe.
— Ya tiene experimentó como diseñadora de su propia marca de indumentaria femenina. ¿Ahora va a crear ropita para su beba?
—Con “Frany and Zoey” por ahora no tenemos pensado hacer ropa para bebés. Pero tal vez algún día podamos crear una colección cápsula, ya que en este último año tanto mi socia y amiga,Flor Salvioni, y yo nos convertimos en mamás. Amo diseñar y estar al frente de la marca.
—En este tiempo también cambió de casa, ¿Cómo fue armar el nido?
—Con Jakob ya convivíamos des-de el minuto cero. Así fue todo entre nosotros: súper relajado, sin pensarlo ya compartíamos casa. Nunca hubo un planteo, esa charla no estuvo nunca... De repente un día me desperté y estaba viviendo en casa. Hicimos un viaje a México y luego a Miami a comprar ropita para la beba y llegamos con el bolso y dijimos “¿Y ahora dónde lo ponemos?”. Yo estaba feliz en mi departamento, por mí no me hubiera ido nunca, además que lo compré con sacrificio y años de trabajo. Era mi nidito, pero ya no entrábamos. Nos divirtió el proceso; pasamos meses buscando casa sin apuro. Y la elegimos juntos, nos miramos y dijimos “¡Sí, éste es el lugar!”. Me fui de la ciudad, para el lado de Tigre.
—¿Piensan casarse?
—No, no hablamos de cuándo nos vamos a casar. Estoy más cerca de de-cidir si voy a bautizar a mi beba al mes o al año que pensando en una boda. Sí celebrarlo con una fiesta o un asado en el
campo. Estoy feliz con la vida que tengo con Jakob y mi beba. Creo que no hay mayor compromiso que tener un hijo. Te une para toda la vida. Si es el padre de tu hijo es todo, no hace falta un papel para llamarlo marido. Para mi Jakob es mi novio, mi esposo, mi mejor amigo, no necesito ningún título. Eso por ahora, tal vez en otro momento surja. No necesitamos un sello para rearfirmar nuestro amor.
—¿Pero quieren más hijos?
—Sí, yo siempre fui de la idea de tener dos hijos, la parejita, pero si son dos nenas…bueno…tal vez busque-mos. Eso sí, no me imagino con cuatro o cinco al estilo Wanda. Ella me dice que tengo que tener cuatro. Obvio que va a ser la madrina de la nena, ¡no me quedó opción! Me siento en el mejor momento, más segura como mujer o tal vez es porque mi pareja me lo hace saber.
—¿Le elogia las curvas, los cambios de su cuerpo?
—Sí, me siento potenciada, poderosa. El embarazo me volvió más libre y pasional. No sé si es porque llevo una vida adentro pero como mujer me siento fortalecida, con actitud. Siento que puedo llevarme el mundo por delante. Jakob está feliz de cómo llevo este proceso y me lo dice. Estamos mejor que nunca.
—¿Cómo vivió la intimidad de la pareja con tantos cambios físicos y hormonales?
—Me liberé y me conecté con el placer sin restricciones. Me sentí más sexy y segura que nunca
Vivió la experiencia sin miedos ni culpas y aferrada al placer. Con la templanza propia de su personalidad, Zaira Nara (27) dice haber asimilado los típicos malestares del embarazo con la alegría de los buenos augurios. Y que el amor de su novio, Jakob von Plessen (35), y la llegada de su primera hija juntos han revolucionado un mundo propio que ahora pretende disfrutar sin tantas estructuras. “Transité un embarazo tranquilo. No sé si fue porque estoy en paz con todo pero fue así. No me quejaba porque, al contrario, pensaba qué bueno que tengo náuseas, es porque estoy embarazada. Si tenía sueño o estaba muy cansada me alegraba porque significaba que el bebé se estaba agarrando. La parte más difícil fue disimularlos porque al principio nadie sabía que estaba embarazada. No podía estar grabando en un estudio de TV y dejarlo en evidencia. Me organizaba y cuando estaba en casa dormía todo el día”, asegura la modelo y conductora de “Multitalent Agency”sobre los primeros meses de gestación, durante los que condujo “Tu Mejor Sábado” y “Tu Mejor Domingo”, ciclos de Canal 9, y acompañó por el mundo a su no-vio, cuyo curioso trabajo es organizar safaris a caballo en Masái Mara, la reserva natural situada en Kenia, Africa.
“Gracias a Dios todos los controles médicos dieron bien. Con tres meses de embarazo me fui a Kenia y viajé un montón. En el momento en el que nos enteramos viajamos a Austria, estando yo de siete semanas. Como vio que todo marchaba bien, mi obstetra me dio esas libertades. Pero ahora llegué del campo y, hace veinte y pico de días, del sur argentino, y me dijo ‘basta, éste es el último viaje en avión’. Ahora hay que quedarse en casa, confiesa a días de dar luz Zaira, cuyas prioridades son disfrutar una pancita, que según confiesa va “a extrañar mucho”, la casa a la que se mudó recientemente en un barrio privado de Tigre y terminar de decorar el cuarto de su hija, para el que eligió tonos blancos y muebles que mandó a diseñar especialmente.
“La verdad, teníamos muchas ganas de ser papás, lo habíamos hablado un mon-tón. Empezamos a buscar y podía pasar hasta un año pero en ese mes ya estaba embarazada. Voy a tener un hijo con el hombre que más amé. Creo que hasta que no lo vivís, no te das cuenta. Uno puede estar bien con alguien, decir que estás enamorada y amar a alguien pero con él tuve una conexión especial. Me di cuenta que era el hombre que quería tener toda la vida al lado mío. Fue fuerte y distinto. Es el amor y no tiene explicación. Lo que siento por `Yako´ (así lo pronuncia) me hizo elegirlo como el padre de mis hijos”,se sincera Zaira. Ya habían sido novios años atrás pero su amor tuvo que esperar.
“Ahora vamos a organizarnos y elegiremos nuestros trabajos en base a la familia. Apenas pueda vamos a llevar a nuestra hija a conocer Africa”, agrega.
—¿Qué clase de compañero encontró en él?
—Lo que más me conecta es lo distinto que es a mí. Nos complementa-mos. Yo soy centrada, correcta, muy pensante y racional, y él es relajado y espontáneo. El me desestructura y yo le aporto orden. Fue un balance. Jakob vivía seis meses en Africa haciendo safaris y yo haciendo televisión en la Argentina, con todo anotado en una agenda y organizado. Tiene un trabajo rarísimo pero fue evidente que los dos necesitábamos encontrar a una persona muy diferente a lo que somos. Nos llevamos increíble y nos divertimos un montón, nos acompañamos y eso es lo más importante. Yo admiro y me apasiona lo que hace y a él le encanta lo que hago.
—Pero tuvieron que ser pacientes para darse una segunda oportunidad...
—Sí, nos conocimos hace años por-que nos presentó una amiga, pero en ese momento decidimos separarnos porque, ahí mi pensamiento era “no, no va a funcionar”. La primera vez que comenzamos una relación no me hubiera permitido salir con alguien que pasaba seis meses en Africa.
—¿El deseo de ser mamá venía de antes?
—Siempre decía que quería ser mamá joven pero era más bien un deseo sin pensar en una edad determinada. Y yo quiero ser una mamá presente. La veía a mi hermana,Wanda, y decía, “todo lo que te estás perdiendo de vivir”, y ella, “todo lo que te estás perdiendo de amar”.
—¿Cuál es la historia detrás del nombre que llevará tu hija, Malaika?
—Elegimos ese nombre porque cuando fui a Africa, Timoteo, un amigo masai de Jakob, cantaba una canción que se llama Malaika. Después de decirle a Jakob que me encantaba esa canción me dijo que significaba ángel y que también hacía referencia a una niña bonita. Sumado al apego que le tiene a Ken- ya, nos pareció el nombre perfecto para nuestra hija.
—¿Cómo imaginas a Jakob papá?
—Me muero de amor pensándolo papá, porque veo lo que es él con su mamá, cómo es conmigo. Es un hombre súper atento, que está todo el tiempo pensando en sus mujeres. Cuando no sabíamos el sexo, sus íntimos le decían que era obvio que iba a tener una nena, porque al estar rodea-dos de mujeres, también por su abuela y su tía, estaba destinado a ser papá de una mujer. Tiene como un imán, todas en la familia lo necesitamos. Yo soñaba con una nena y él en un principio quería que fuera varón, para enseñarle todo lo que sabe, pero igual está chocho. Nuestra intuición nos decía que era una nena. Para saber el sexo nos hicimos el test de sangre “Ba-bygen”, que podés realizarlo a partir de la semana 9 y mandan a analizar a los EE.UU.
—¿Y qué tipo de mamá intuís que serás?
—Como le digo a Jakob: para mí que la nena va a venir a cambiarme todas las estructuras. Me la imagino con una personalidad como la del padre y que entre los dos me van a volver lo-ca... Ya imagino a los dos arriba de un caballo y yo muerta de miedo. Quiero ir viendo, no tengo un perfil de madre que pretenda ser, quiero acompañar a mi hija y que sea feliz e ir aprendiendo a ser madre en ese camino. —
¿Hubo aspectos de tu personalidad que cambiaron en este tiempo?
—Creo que comenzás a ser mamá desde la primera náusea o el primer mareo. Es como ese instinto animal que surge en todas las mamás. Dejé de lado la estética para cuidar a mi beba. Gracias a Dios, no tomo alcohol, no fumo, ni salgo de noche, entonces fue fácil ser mamá y llevar una vida sana. Dejé el ego y a la modelo de lado para proteger a mi hija. Nunca tuve que hacer dieta en mi vida porque siem-pre comí lo que quise y tengo buena genética y menos lo hice estando embarazada. Hoy me siento con-ductora y no siento la obligación de cumplir con un talle. —
¿Cómo fue tu alimentación estos meses?
—Al principio del embarazo me daban ganas de comer pizza, pastas y pan con manteca, creo que un mes y me-dio viví a base de eso. Y le dije al obstetra que me preocupaba tal vez no estar haciendo una alimentación sana, pero me tranquilizó y me dijo “es lo que el cuerpo te está pidiendo”. Me daban asco los dulces pero eso me duró otro mes y medio y ahora son mis mejores aliados. Lo mejor es relajarse, y si estás sana y los estudios te dan bien, hay que disfrutar la vida desde ese punto. Engordé doce kilos hasta ahora, pero por lo que como podría haber sido mucho más. La panza me salió de golpe.
— Ya tiene experimentó como diseñadora de su propia marca de indumentaria femenina. ¿Ahora va a crear ropita para su beba?
—Con “Frany and Zoey” por ahora no tenemos pensado hacer ropa para bebés. Pero tal vez algún día podamos crear una colección cápsula, ya que en este último año tanto mi socia y amiga,Flor Salvioni, y yo nos convertimos en mamás. Amo diseñar y estar al frente de la marca.
—En este tiempo también cambió de casa, ¿Cómo fue armar el nido?
—Con Jakob ya convivíamos des-de el minuto cero. Así fue todo entre nosotros: súper relajado, sin pensarlo ya compartíamos casa. Nunca hubo un planteo, esa charla no estuvo nunca... De repente un día me desperté y estaba viviendo en casa. Hicimos un viaje a México y luego a Miami a comprar ropita para la beba y llegamos con el bolso y dijimos “¿Y ahora dónde lo ponemos?”. Yo estaba feliz en mi departamento, por mí no me hubiera ido nunca, además que lo compré con sacrificio y años de trabajo. Era mi nidito, pero ya no entrábamos. Nos divirtió el proceso; pasamos meses buscando casa sin apuro. Y la elegimos juntos, nos miramos y dijimos “¡Sí, éste es el lugar!”. Me fui de la ciudad, para el lado de Tigre. —¿Piensan casarse?
—No, no hablamos de cuándo nos vamos a casar. Estoy más cerca de de-cidir si voy a bautizar a mi beba al mes o al año que pensando en una boda. Sí celebrarlo con una fiesta o un asado en el 
campo. Estoy feliz con la vida que tengo con Jakob y mi beba. Creo que no hay mayor compromiso que tener un hijo. Te une para toda la vida. Si es el padre de tu hijo es todo, no hace falta un papel para llamarlo marido. Para mi Jakob es mi novio, mi esposo, mi mejor amigo, no necesito ningún título. Eso por ahora, tal vez en otro momento surja. No necesitamos un sello para rearfirmar nuestro amor.
—¿Pero quieren más hijos?
—Sí, yo siempre fui de la idea de tener dos hijos, la parejita, pero si son dos nenas…bueno…tal vez busque-mos. Eso sí, no me imagino con cuatro o cinco al estilo Wanda. Ella me dice que tengo que tener cuatro. Obvio que va a ser la madrina de la nena, ¡no me quedó opción! Me siento en el mejor momento, más segura como mujer o tal vez es porque mi pareja me lo hace saber.
—¿Le elogia las curvas, los cambios de su cuerpo?
—Sí, me siento potenciada, poderosa. El embarazo me volvió más libre y pasional. No sé si es porque llevo una vida adentro pero como mujer me siento fortalecida, con actitud. Siento que puedo llevarme el mundo por delante. Jakob está feliz de cómo llevo este proceso y me lo dice. Estamos mejor que nunca.
—¿Cómo vivió la intimidad de la pareja con tantos cambios físicos y hormonales?
—Me liberé y me conecté con el placer sin restricciones. Me sentí más sexy y segura que nunca 
