A la hora de la entrevista se expresa con la misma velocidad y energía con la que se maneja en la vida misma. Mientras ensaya el ritmo de la cumbia,
Ezequiel “El Polaco” Cwirkaluk (29) se prueba distintos vestuarios para la producción con CARAS y al mismo tiempo llama por teléfono a sus hijas que están en camino, Sol (9), fruto de su relación con Karina “La Princesita” y Alma (3), de su unión con Valeria Aquino. “Ellas son mi vida. Cuando debuté en la pista del Bailando no podía ni mirarlas porque me derretía”, admite el cantante tropical tras romper el hielo en su debut en la pista de Showmatch.
“La propuesta del Bailando llegó en el momento justo, casi estoy llegando a los 30 y es un desafío. No sé bailar; es la primera vez que hago una
coreografía. De chico era de los que se sentaban en la barra de los boliches a reirme de los que bailaban; nunca se me hubiera pasado por la cabeza hacerlo. El hecho de trabajar en la música ayuda un poco pero con la técnica de baile, la posición de las manos, los pies, el conteo, estoy perdido. Hasta la cumbia es complicada”, cuenta. Y casi sin respiro, agrega: “Nada se compara con estar en esa pista. Al bailar me temblaban las patitas y me hizo acordar mucho a cuando hice mi primer Luna Park o el día en el que debuté como solista; tuve ese mismo sentimiento. De hecho, el día que me tocaba bailar me desperté llorando, estaba muy sensible. Se me pasaron un montón de cosas por la cabeza. Recordé cuando era chico y todo lo que me costó llegar hasta acá, que cada paso era una eternidad y que todo lo que logré fue con mucho esfuerzo”. Si bien arrastra una carrera plagada de éxitos y sus hits suenan desde ha-ce más de 10 años en todas las discos del país, el joven oriundo de La Plata asegura que el rol de padre es el más importante en su vida.
“Mis hijas son mi cable a tierra. Las malcrio mucho. En casa hacen lo que quieren; me manejan cien por ciento y saben que con una sonrisa consiguen todo. Fui padre de muy chico y resultó todo un aprendizaje. Cuando tuve la oportunidad de ser papá nuevamente, traté de no repetir todos los errores que cometí antes. Como trabajar un montón, pasar mucho tiempo fuera de casa y perderme de cosas importantes de Sol”, se sincera El Polaco. Y luego explica: “Ellas viven con sus madres y yo las tengo en casa dos veces por semana. Siempre trato de juntarlas porque se llevan muy bien; se aman. Ambas se quedan a dormir con- migo y somos de salir mucho a comer, ver recitales y obras de teatro. Creo que las dos salieron a mí en personalidad y carácter; son terribles, aunque físicamente se parecen a las madres”. Respecto a su faceta musical, ase-gura que ambas la llevan en los genes.
“La más chiquita es re ‘ Polaquito’. Baila, canta todos mis temas, se sabe todas las partes finales de cada estrofa y es un personaje total. Y la grande, también canta y baila muy
bien; es muy inteligente. Yo le digo que es ‘Karinita’ porque es igual. Ella es fanática de Justin Bieber y Lali Espósito. A veces tienen sus peleas porque la chiquita es muy celosa pero se adoran”.
Aunque pasaron años de la escandalosa separación que involucró al Polaco con Karina, el joven cantante de cumbia sostiene que en la actualidad lleva una buena relación con la madre de su primera hija.
“Como padres nos llevamos muy bien... La aprecio un montón porque es una buena mujer y se merece todo lo bien que le va en su carrera. A veces, cuando ella via a, me deja a la nena o al revés, cuando yo tengo una gira, se la dejo”. Sobre los rumores que lo vinculan con su bailarina en el concurso, Barby Silenzi (32) —ex de Francisco Delgado—aclara que sólo son “muy buenos amigos” y se están conociendo.
“Tenemos mucha química; somos muy compatibles. Tanto dentro como fuera de los ensayos compartimos comidas, salidas, de todo... Además de ser una linda mujer, es copada, humilde y una mina con la que se puede hablar de todo”. Sin embargo, aunque se define “soltero”, no le cierra las puertas al amor.
“Somos amigos pero eso no quita que un día estemos con las defensas bajas y quién sabe...”, culmina con una pícara sonrisa.
