Gran impacto causó en Instagram el radical cambio de apariencia que sufrió una fisicoculturista que decidió renunciar a este deporte.
Se trata de Jolene Jones, una mujer de 26 años que dedicó gran parte de su vida a esculpir su cuerpo y obtuvo gran cantidad de seguidores en redes sociales por mostrar los resultados del exigente entrenamiento en sus fotos.
Sin embargo, ella decidió dar un giro radical en su vida y hacer a un lado las pesas y el gimnasio. “Me di cuenta de que ya no era mi pasión cuando despreciaba estar allí”, señaló a un medio internacional. “¿Y para qué?, ¿qué estaba tratando de mejorar? ¿A quién estaba tratando de impresionar?”, agregó.
Fueron seis meses de ‘transformación’, que incluyeron, además de abandonar las rutinas de ejercicio propias de un fisicoculturista, cambios en la alimentación y dejar de lado algunos ‘sacrificios’ que hacía para tener la figura soñada.
“Pasé de estar controlando mi rutina y el peso para disfrutar de una vida social”, cuenta Jolene Jones, cuya historia se ha viralizado en Instagram. Ella, además, asegura que está feliz por cómo luce hoy y no cambiaría su actual figura “por nada del mundo”.
Fue así que, tras ausentarse de Instagram por un tiempo, regresó con una fotografía que mostraba su ‘antes y después’ y ha causado gran impacto por los resultados. La imagen ya cuenta con más de 143 mil likes y supera los 47 mil compartidos.
Mensaje/traducción
Fisiculturista, amante del cuerpo. Esta no es una foto de transformación típica.
Fui un ser controlado por mi régimen de gimnasia agotador y peso de pollo y tener batidos de proteínas en mi bolso para disfrutar plenamente de una vida social. Algunas personas podrían decir que esto es "dejarse llevar", pero no se puede poner un precio en la felicidad. Llamo a este descubrimiento y me doy cuenta de que puedo tener más de una pasión en la vida, ya sea caminando hacia arriba en Glacier Park o disfrutando de cervezas con amigos. Un paquete de seis no me hizo feliz. Nunca era suficiente y siempre necesitaba mejorar. Hoy fui rafting con amigos y disfrutamos de la comida que el viejo yo habría babeado y no se hubiera atrevido a tocar. Su cuerpo es LITERALMENTE lo único que le lleva a través de esta vida, su valor y alegría no es
